lunes, 2 de junio de 2008

Un pequeño debate


Últimamente está muy de moda arrugar la nariz ante las estanterías de los libros más vendidos, entre los cuales rarísima vez suele encontrarse una obra de arte. Es cierto que el gusto del público no suele ser de fiar, y normalmente tiende a lo sencillo con tal fruición que lo convierte en chabacano.
Los artistas no viven del aire, como todos sabemos ¿Hasta qué punto han de sacrificarse artísticamente para que su obra tenga más salida, y así ganar más dinero? ¿Está reñido el arte con la remuneración económica del propio artista? ¿El que paga, manda?
Este debate no es ni mucho menos moderno, y siempre que algún gafapastil lo tiene claro, yo me pregunto ¿qué escritor en la Historia se dedicaba sólo a ello? Cuando el arte es tu afición, tal vez los gustos del público no te influyan, pero cuando se trata de darle gusto al público, la cosa cambia. Por ejemplo, Lope de Vega es casi el primer autor de nuestra literatura (yo no recuerdo a ninguno anterior, que no fuera clérigo) cuyos ingresos procedían exclusivamente de la literatura. Y, citando su famosísimo Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1602): Cuando tengo de escribir una comedia/saco a Terencio y Plauto de mi estudio/porque no me den voces, ya que suele/dar gritos la verdad en libros mudos./Y escribo bajo el arte que inventaron/los que el vulgar aplauso pretendieron/pues ya que lo paga el vulgo, es justo/hablarle en necio para darle gusto. Este "hablar en necio" de Lope, parece reñido con la elevación de un Arte que él mismo afirmaba conocer. Y, sin embargo, ¿quien no considera hoy El perro del hortelano una elevadísima obra artística?
¿Se equivoca siempre el público? ¿O es que a veces el gusto erudito puede estar anquilosado y no reconocer la bondad de lo fresco, de lo nuevo? Cervantes jamás estrenó una obra de teatro, que eran un peñazo clasicista que aburría al público, pero él sabía que eran "mejores" artísticamente sus obras que las de Lope. Sin embargo, el Quijote (1605 - 1615), una obra que él no consideraba de gran altura literaria, fue el bombazo del siglo XVII, con grandísimo éxito de público, extraordinariamente popular y es la obra española más editada. Además, es toda una obra de arte que merece hasta la última de sus comas, los mayores elogios que puedan propinársele.
A veces la etiqueta best-seller en la portada de un libro nos echa instintivamente para atrás incluso a los que más despreciamos a los intelectuales con anteojeras y a los que nunca se libran del lastre de sus prejuicios. Cuidado, porque alguna vez puede que encuentres la aguja que te faltaba en el pajar inesperado...

5 comentarios:

Fer dijo...

Hm...

Bueno, sabes que soy el primer odiador de gafapastas, bestsellers, Ken Follets, Dan Browns, Coelhos Zafones y gente de esta... Probablemente con alguno de ellos me equivoque, más que seguro. Pero prefiero acertar con 95 y fallar en 5 que al revés. Leer un libro es algo que lleva unas cuantas horas, y prefiero entregar ese tiempo a lecturas más "contrastadas", que arriesgar teniendo un alto porcentaje de probabilidades de fallar. Les dejo a los filólogos el honor y el placer de encontrar lo bueno entre tanta literatura del montón...

Jorge Quirós dijo...

Afortunadamente contamos con un buen detector anti-litebasura, que nos recomienda lo que hemos de leer.
Además, supongo que no solo de altura moral vive el Hombre, también hay que leer cosas facilitas para descansar...
¡Como "verdad y mentira en sentido extramoral" mwahahahaha!

Javier dijo...

Evidentemente, no todos los best sellers van a ser "purria". La obra de Dumas fue un folletín contínuo, y ahí está; Julio Verne se hinchó a vender libros con sus proféticas novelas.

Esos autores consiguieron conjugar, de alguna forma, calidad literaria con éxito de ventas. ¿Fenómenos parecidos hoy en día? La verdad, lo desconozco... no porque diga que no los haya, sino porque he conseguido desviar mi afán consumista de la estantería de "Novedades más vendidas". Y una de las razones, ojo, es por la manía de sacar los best sellers en tochazos de tapa dura, incomodísimos de leer!!!

Estoy con el frikilósofo en que a veces hay que leer cosas facilitas para descansar: CÓMICS!!!! (que los hay muy buenos!!!)

AliciA dijo...

Muy bien, no digo que haya que ponerse a revolver entre la morralla y perder el tiempo, para averiguar qué es lo bueno... sino que no hay que cerrar los ojos ante algo SÓLO porque sea un éxito de masas, sino porque realmente sea malo.
Claro está el ejemplo qué os pongo: un día preguntando a un insigne profesor si tal libro merecía o no la pena, me contestó: "Pues, ¿ha leído usted Madame Bovary?" Y ahí quedó la cosa. Si queremos, no tenemos que leer nada que se haya publicado en el tiempo de nuestra vida, aunque leyéramos un libro a la semana...

Arc dijo...

Los bestsellers han provocado que algunas personas dediquen parte de su tiempo a leer, algunos son entretenidos, seguramente no son buenas obras, pero si son una buena herramienta para captar nuevos lectores.